La cultura es anterior a cada individuo, porque existe desde siempre, desde que los primeros habitantes comenzaron la odisea de dominar el medio para sobrevivir y tratar de controlarlo.
Se adquiere de manera inconsciente y no se hereda biológicamente, sino socialmente.
El niño desde el momento en que nace es sometido a un proceso de ``aculturación´´, condicionando su proceder de una forma tan natural que se vuelve imperceptiblemente parte de el, moldeándolo, y haciendo que su proceder, y la forma en que percibe el mundo que lo rodea, sea tanto particular y personal, como general, producto de la suma de perspectivas que comparte con los demás miembros de la comunidad con los cuales interactúa.
Hay tantas culturas, como prácticas sociales las determinen, y esto hace que varíe, según el espacio geográfico, la época, e incluso la edad de quiénes comparten ciertas costumbres. Es así, como dentro de cada cultura, encontramos a subculturas, que subsisten dentro de una que pertenece a un grupo de individuos, aún mayor, compartida por todos.
Sin embargo, los cánones direccionales, están dominados por la cultura general. Y es a partir de ella que sus individuos adquieren una identidad.
De aquí en más, puede decirse que la cultura tiene distintas funcionalidades, una agrupadora, respecto de la cantidad de individuos, y, pese a la diversidad que exista entre ellos, aun así son enlazados; y una función disciplinaria, manifestada a través de las instituciones que sirven de mecanismos de control y de medio para transmitir los discursos de identidad, entre las que se destaca la familia: la principal fuente de transmisión de la cultura.
La identidad, y la cultura están ínfimamente relacionadas, la cultura a la que pertenece un individuo es un factor condicionante, si bien no determinante, sirve de modelo, y es la base de todas las identificaciones posteriores al proceso de individuación.
Hay tantas culturas, como prácticas sociales las determinen, y esto hace que varíe, según el espacio geográfico, la época, e incluso la edad de quiénes comparten ciertas costumbres. Es así, como dentro de cada cultura, encontramos a subculturas, que subsisten dentro de una que pertenece a un grupo de individuos, aún mayor, compartida por todos.
Sin embargo, los cánones direccionales, están dominados por la cultura general. Y es a partir de ella que sus individuos adquieren una identidad.
De aquí en más, puede decirse que la cultura tiene distintas funcionalidades, una agrupadora, respecto de la cantidad de individuos, y, pese a la diversidad que exista entre ellos, aun así son enlazados; y una función disciplinaria, manifestada a través de las instituciones que sirven de mecanismos de control y de medio para transmitir los discursos de identidad, entre las que se destaca la familia: la principal fuente de transmisión de la cultura.
La identidad, y la cultura están ínfimamente relacionadas, la cultura a la que pertenece un individuo es un factor condicionante, si bien no determinante, sirve de modelo, y es la base de todas las identificaciones posteriores al proceso de individuación.
Sostener una conexión lógica y acatadora colocara al individuo en la categoria de ``normal´´, cualquier desviacion será un gris en el sistema social.
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